Raúl Flores Martínez.
El tema de la Trata de Personas, es un tema inmenso que se necesitan años de estudio y de recorrer las zonas de tolerancia de todo el país: Es un tema que va más allá de escuchar testimonios de mujeres y niñas rescatadas de las manos del crimen organizado, es un tema que necesita características que no tienen nada que ver con la obtención de dinero y los reflectores de los medios de comunicación.
A través de los años he visto nacer organizaciones dedicadas a la lucha contra el delito de la Trata de Personas, organizaciones que son pasajeras y lo único que buscan es estar absorbiendo los recursos del presupuesto del gobierno Federal o de instituciones extranjeras.
También he visto “activistas”, lo pongo entre comillado, porque no son más que oportunistas del momento, del tema de moda; oportunistas que se paran frente un auditorio a dar conferencias magistrales, se ponen a dar entrevistas con datos que muchas veces son de otras instituciones u organismos internacionales.
Cifras y más cifras en un delito que crece cada vez más en México, cada vez más en entidades como Estado de México, Veracruz, Chiapas, Tamaulipas, Nuevo León y otros estados, donde organizaciones van y organizaciones vienen.
Desde hace años me he dedicado a recorrer los puntos de las zonas de tolerancia del país, también esos nuevos puntos que nacen y los pueden observar los niños que pasan por el lugar para ir a la escuelas, que ven las madres de familia, pero no son visto por autoridades Federales, Estatales y Municipales.
Esos lugares donde esos flamantes “activistas” desconocen, donde esos presidentes de organizaciones gubernamentales dedicadas al combate de este delito, jamás entran por “seguridad”. A lo largo de los años he visto desfilar una serie de “activistas” y ONG´S que se desgarran las ropas y se pelean en las Cámaras de Diputados y Senadores por crear o defender nuevas leyes; sin embargo cuando se requiere un pronunciamiento, no lo hacen porque casualmente son amigos del gobernador o presidente en turno.
Hasta dónde llega la hipocresía de estos “activistas” que dan cursos, conferencias con el desconocimiento del tema a cambio de unos cuantos pesos. Ejemplos tengo muchos al igual que nombres de personas y organizaciones que lo único que buscan es obtener privilegios de los gobiernos estatal y Federal, también llenar sus bolsas de billetes y claro reflectores en la prensa.
Esto lo escribo porque hasta el momento ninguna organización civil ha puesto el dedo sobre la llaga, sobre ese enorme hueco que tienen algunos códigos penales sobre el delito de pederastia, un delito que va ligado fuertemente con la pornografía infantil y el robo de menores.
Con decepción veo esas organizaciones y “activistas” dar declaraciones, cifras y más cifras sin conocerlas en verdad; las veo que siguen su camino en su “lucha” de escritorio y de lectura de periódico para defender a las victimas desde la comodidad del reflector.
Todo esto se deriva de las críticas que he recibido de algunas ONG´s, activistas e incluso de algunos pederastas al exigirle al Poder Judicial del estado de Guerrero y a las organizaciones en la lucha contra la Trata de Personas, que encierren al canadiense Walter Suk de 68 años de edad acusado de abuso sexual en una menor de 3 años en el Puerto de Acapulco, Guerrero.
Estado en el que el delito de pedofilia no es delito grave. Argumente con artículos del código penal la sanción a este sujeto. Esto genero olas de comentarios y comentarios tan absurdos, estúpidos de pederastas y supuestos “activistas” que lo único que hacen es fusilarse la información de organismos internacionales para dar entrevistas o conferencias magistrales.
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