sábado, 1 de junio de 2013

Mitos


Los asaltos abusivos del padre se reiteraban casi a diario. A los 18 años, Natalia le preguntó al padre porqué hacía eso ya que le estaba arruinando la vida, a lo que él contestó con una risa burlona y desapacible: “tu mamá ya no me sirve y vos sos ahora la mujer de la casa”. En otra oportunidad, ella intentó poner fin al abuso y su padre la amenazó diciendo que si ella no accedía, él acudiría a sus hermanitos menores. Cuando ella comentó el asunto con su madre, ella no le creyó y encima le pegó... Las palabras finales de su madre fueron: “a mi no me molesten, yo quiero vivir en paz”. Le parece una historia inverosímil ¿verdad? Sin embargo, es real.

Existen muchos mitos acerca del abuso sexual infantil. Entre las creencias más comunes se pueden señalar las siguientes:

1) El abuso sexual infantil es poco frecuente.Mentira.
Cuatro de cada diez niños han sufrido algún tipo de experiencia sexual negativa antes de completar su desarrollo puberal. La suposición de que el abuso es un hecho excepcional queda desestimada.

2) El abuso sexual y la violación son sinónimos.Mentira.
De cada 10 niños abusados 5 son manoseados o “acariciados”, dos son violados y el resto se reparten entre besos, sexo oral, etc. Se considera también dentro del abuso sexual el obligar al niño a presencia y/o participar en actos sexuales entre adultos y el utilizar niños para prostituirse o en la producción de material pornográfico.

3) Las mujeres sufren mayor abuso que los varones.Mentira.
Es erróneo creer que las víctimas de abusos sexuales son exclusivamente del sexo femenino. Antes de los 12 años existe la misma probabilidad de sufrir un abuso sexual un niño o una niña.

4) La familia es un lugar seguro para el menor. Mentira.
El 90% de los abusos sexuales son a manos de un familiar, conocido o vecino. Sólo un 10% son perpetrados a manos de un desconocido. Las relaciones incestuosas más comunes son las de padre biológico-hija (50%); padrastro-hija (30%) y el resto se reparten entre abuelos, tíos, primos, hermanos, padrinos o allegados íntimos a la familia.

5) La mayoría de los abusos se denuncian. Mentira.
Se necesitan 95 casos de incestos para que se denuncie 1. El 80% de las violaciones no se denuncian. Existen mayor cantidad de denuncias en las clases sociales más bajas debido a:
- Mayor exposición a la intervención de la comunidad.
- Mayor relación con los centros de salud barriales u hospitales públicos donde el personal está más entrenado para atender estos casos y su intervención profesional ayuda a la denuncia. Además, los niños de estas clases sociales concurren a escuelas públicas las que se convierten en un lugar privilegiado para detectar el maltrato y el abuso.

6) El abuso sexual infantil se asocia con la pobreza.Mentira.
Se registran similares porcentajes de víctimas de abuso sexual en diferentes grupos geográficos y étnicos. Esto significa que frente al abuso sexual no hay diferencias de posición social, económica, cultural, geográfica o racial.

7) Los abusadores tienen problemas sexuales, son hipersexuales o frustrados sexuales.Mentira.
En una cultura machista es muy común escuchar “los hombres no son de hierro...” como justificando y responsabilizando a las víctimas de sus impulsos sexuales. Valiéndose de este pensamiento utilizan frases como “hay que enseñarles la vida” o“el placer es bueno para los chicos” o “la piba me buscaba” o simplemente “el niño me provocó”. En el libro Abuso Sexual Infantil Intrafamiliar la autora cuenta la historia de una madre de dos niñas (6 y 8 años) abusadas por su padre biológico. En su declaración testimonial la madre dice: “ellas se paseaban en bombacha delante del padre y ahora se quejan...”.

8) Los abusadores pueden identificarse, ya sea por su apariencia o estilo de vida. Mentira
La mayoría de los abusadores son personas promedio, integradas socialmente y sin cuentas pendientes con la ley o la justicia. Tienen buena presencia y nadie imaginaría que son pervertidos sexuales. En cuanto a la posición económica, son tanto de poder adquisitivo alto, como de clase social media y baja. Suelen ser varones de mediana edad (no ancianos como se suele creer), cariñosos y manipuladores que colocan el abuso sexual como una muestra de cariño más.

9) Los niños abusados no tienen conciencia de lo sucedido.Mentira.
Se ha comprobado que entre otras, las consecuencias de un abuso sexual son las siguientes:
- Menor comunicación con los padres: los jóvenes en general tienen poca comunicación con sus padres, pero los que sufrieron alguna experiencia sexual negativa en la niñez tienen menos comunicación respecto del sexo, en comparación con los demás jóvenes.
- Mayor miedo a ser homosexual: la homofobia casi se duplicó entre las víctimas de abuso sexual, en comparación con el resto.
- Mayor atracción hacia el mismo sexo: en los casos de abuso sexual, la atracción homosexual se triplicó en los varones y se duplicó en las mujeres respecto del resto de la muestra.
- Aumento de indefinición sexual.
- Mayor cantidad de parejas sexuales que el resto de los jóvenes.
- Mayor probabilidad de disfunciones sexuales en la vida adulta.
- Inestabilidad emocional.
- Problemas psicológicos serios.
- Mayor culpabilidad: muchos de ellos refirieron en las encuestas que no podían superar el abuso y que “necesitaban que Dios los perdonara”.
- Mayor deserción escolar.
- Iniciación sexual más temprana.
- Mayor índice de iniciación sexual.
- Aumento de la probabilidad de promiscuidad o prostitución.

10) En los casos de incestos las madres siempre defienden al menor. Mentira.
El cómplice número uno de un abusador es la madre del niño. Aunque la mayoría de las madres son capaces de dar la vida por sus hijos, lamentablemente otras no; y la complicidad en el abuso está mayoritariamente asociada a la figura materna, que no puede o no quiere creer el abuso. Suele ocurrir que los niños abusados por algún familiar lo cuentan a su madre y ésta responde con burlas, negando lo que ocurrió o no dándole importancia. El niño abusado se siente ahora desamparado. Siente que su madre es cómplice. Hay una revictimización de estos niños: por el abuso sexual primero y luego por el desamparo.

Hay madres que “... no quieren ver... cierran sus ojos y no quieren ver”. En muchas ocasiones no son capaces de evaluar adecuadamente las señales que dan indicios de lo que ocurre. Su propia angustia, inmadurez o dependencia enfermiza permiten que esto suceda...y hunden más y más (a la víctima) en su sentimiento de indefensión y autoinmolación.

La madre de Viviana, (contó que su padre abusaba de ella) reaccionó negando los hechos y culpando a la hija de fabular en contra de su padre cuando ella descreyó de su hija y justificó a su esposo. Cuando se le preguntó porqué reaccionaba así comentó que denunciar a su esposo y perder al proveedor de la casa era una humillación por la que no estaba dispuesta a pasar.

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