miércoles, 29 de mayo de 2013

Sólo 20% del abuso sexualinfantil se denuncia: Acasmi


Así lo informó la directora de Acasmi, Bárbara Duarte, quien lamentó que últimamente una gran cantidad de violaciones sexuales a infantes es por parte de los padres biológicos. 

“Es muy poca la cultura de la denuncia y no se hace porque el abusador está en casa. Antes era más común que padrastros, tíos o primos cometieran el delito, pero ahora nos están llegando muchos casos donde el papá es el violador”, indicó. 

Capacitación para atender a víctimas. Acasmi se ubica en la Calle 28 número 701 en la colonia Guadalupe, en donde un equipo integrado por psicólogos atiende a niños que han sido maltratados o abusados sexualmente. Actualmente dan terapias a treinta pequeños, tanto en las instalaciones como en albergues o casas hogar. 

Otorgan diplomados con una duración de diez meses. Uno sobre Abuso Sexual y otro de Terapia de Juego, que han tomado no sólo psicólogos o estudiantes de psicología, sino abogados, médicos y personas que conocen a alguna víctima de violación o bien que sufrieron el abuso en carne propia, con miras a superarlo y ayudar a los demás. 

La directora de Acasmi, informó que el próximo primero de junio iniciarán con el diplomado de Abuso Sexual y el día quince del mismo mes con el de Terapia de Juego. El costo de inscripción es de 500 pesos y la mensualidad de mil. Otorgan algunas medias becas a personas que vienen de otros municipios. 

Preocupación por prevenir. Al cuestionarle si el promedio de infantes que atiende mensualmente es de treinta, indicó que no, pues desgraciadamente cada vez acuden más personas a solicitar la ayuda, por lo que incrementan sus esfuerzos en prevenir mediante la gente que capacitan y atender a través de los psicólogos de Acasmi. 

Ante el incremento de casos de violaciones a niños, tienen en trámite un proyecto para solicitar recursos para llevar apoyo a albergues, pues se han dado cuenta que en esos lugares existe una gran cantidad de menores que han vivido algún tipo de violencia ya sea física, emocional o sexual; además de que son más vulnerables a ser víctimas. 

¿Quién puede ser un violador? 

El desorden de personalidad es una alteración en sus formas de pensar y sentir que los lleva a procurarse un placer máximo con el sometimiento, la degradación y la tortura de su víctima, centrando su accionar en la actividad sexual, que no necesariamente conlleva o culmina con la penetración. 

Características. En efecto, el goce consiste en utilizar todas las formas posibles de humillación y sufrimiento de la presa cautiva. Son fríos e insensibles al dolor ajeno y, como también suelen ser inteligentes y astutos, se mimetizan en la sociedad y suelen tener una “doble vida”: trabajo, familia, amistades, que los “visten” de persona normal, aunque ocultamente dan rienda suelta a sus perversas pulsiones y comenten las violaciones llegando, incluso, hasta la muerte de sus víctimas para evitar ser reconocidos. 

Delincuentes especiales. Es difícil para un ciudadano común reconocer a estos verdaderos depredadores. Sólo un experimentado estudioso de las conductas humanas podría, en muchos casos aunque no en todos, advertir rasgos que hacen sospechoso a un individuo. 

Por este motivo, se asegura que los violadores reincidentes no deberían ser puestos en libertad con los mismos cómputos de pena que el resto de los condenados. Son delincuentes especiales que no responden a los patrones delictivos comunes en la sociedad. 

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