lunes, 9 de enero de 2012

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA SOBRE LOS MENORES




La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) pone de manifiesto los graves efectos nocivos que causa en los/as menores la exposición a la violencia de género en el ámbito familiar sobre la salud, la supervivencia, el desarrollo y la dignidad. Como señala UNICEF, presenciar o escuchar situaciones violentas tiene efectos psicológicos negativos, aunque los descendientes no sean el objeto directo de las agresiones (UNICEF, 2006). La Convención Internacional de Derechos del Niño lo considera una forma de maltrato infantil y lo recoge en el artículo 19 como “violencia mental” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1989).
Los hijos e hijas no son víctimas sólo porque sean testigos de la violencia entre sus padres, sino porque “viven en la violencia”. Son víctimas de la violencia psicológica y, a veces, también física. Crecen creyendo que la violencia es una pauta de relación normal entre adultos (Save the children ONG, 2006). Si no se tratan de forma precoz y específica, las secuelas físicas y psicológicas permanentes que padecerán como consecuencia de esta violencia, tendrán una repercusión inmediata y a largo plazo en la utilización de recursos asistenciales sanitarios, sobre todo de salud mental (Aguilar, 2008). Los/as menores que sufren violencia de género viven en una familia en la que su padre o la pareja de su madre es violento contra la mujer. Presencian actos violentos, gritos, insultos, ruido de golpes, sienten el miedo y la tensión en sus madres y están inmersos en el ciclo de la violencia. La probabilidad de que sufran maltrato físico, abusos sexuales y negligencia en estas familias es 15 veces mayor de lo normal (Unicef, 2006). La Academia Americana de Pediatría (AAP) señala que “ser testigo de violencia domestica puede ser tan traumático para el niño como ser víctima de abusos físicos o sexuales” con repercusiones para su salud mental similares a la de niños víctimas directas de maltrato (Jaffe, Wolfe y Wilson 1986). Es una de las principales causas del TEPT en menores (Moreno y Pedreira, 1999). En los/las descendientes mayores el TEPT cursa con pesadillas sobre el trauma que pueden generalizarse en forma de monstruos, rescates espectaculares o amenazas sobre ellos o sobre los demás. En los más pequeños pueden aparecer juegos de carácter repetitivo desagradables que reflejan la reexperimentación del trauma. (Aguilar, 2009). Los/las menores expuestos a violencia hacía su madre, desarrollarán creencias y valores asociados a violencia de género, tales como, “el hombre es el que manda”; “las mujeres son inferiores”; “si un hombre pega a una mujer es porque se lo merece”; “pegar a las mujeres es normal”; “si quieres que te respeten tienes que ser violento”… (Patró y Limiñana, 2005). Desde 1997 hasta 2009 han muerto en España 80 niños por esta causa. Desde 1991 hasta esa fecha, las victimas infantiles por terrorismo fueron 20, lo que nos ayuda a reflexionar sobre la magnitud del problema (Aguilar, 2009).
Las alteraciones detectadas en las niñas/niños afectan a diferentes áreas: física, emocional, cognitiva, conductual y social (Wolak y Finkelhor, 1998).

Aportación de: GUÍA PRÁCTICA CLÍNICA “ACTUACIÓN EN SALUD MENTAL CON MUJERES MALTRATADAS POR SU PAREJA”

Alma B.V.

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