domingo, 16 de octubre de 2011

UNA CAUSA, UNA LUCHA SEAMOS UNO.

   Siempre hemos escuchado frases típicas como “la unión hace la fuerza”, "dos cabezas piensan mejor que una" Convirtamos en realidad las frases y en hechos la lucha. Demostremos la gran importancia del trabajo unido, como un gran equipo.

   Hemos comprobado como ante temas sobre el maltrato, la explotación sexual,  la prevención o concienciación, el interés de muchos se multiplica, pero en ocasiones no ofrece un mensaje positivo para nuestra sociedad al chocar con muros que muchas veces hacen que no se oiga. Hemos visto como los pedófilos y pederastas han tomado poder y fuerza ante nuestra ingenua participación indirecta o directa al hacer caso omiso a la denuncia, al no considerar el tráfico sexual infantil lo suficientemente grave como para tomar medidas, al no oír los gritos de cientos de víctimas que no saben dónde acudir, al no escuchar la impotencia ante la protección de la infancia y su valor.

   El miedo no nos permite ver más allá, y seguimos actuando igual. Aquí el error. Debemos cambiar. Unirnos ante un cambio. Reconocer nuestra participación ante la situación actual. Y Cambiar… Si queremos que algo cambie… Empecemos primero el cambio. 
Es el momento de reconocer al enemigo, ponerle cara y negarle la entrada en nuestras vidas. Cada aportación, cada granito de arena será importantísimo en ésta labor y se agradecerá por la causa. Todos desde su lugar, todos bajo su conocimiento, todos con su experiencia o a su forma, pero todo desemboca en la lucha por romper silencios, por alentar al los sobrevivientes y por concienciar e informar porque es el mejor método.
A todo un compromiso que se agradece y renueva las fuerzas, que sean más que palabras al viento para transformarlas en hechos...

Quiero compartir una Fabula que una vez leí y es buena ocasión de compartir. A todos gracias por la Labor que compartimos y que las fuerzas sigan creciendo:

LOS HIJOS DESUNIDOS DEL LABRADOR



Los hijos de un labrador vivían en discordia y desunión. 

Sus exhortaciones eran inútiles para hacerles mudar de sentimientos, por lo cual resolvió darles una lección con la experiencia. 

Les llamó y les dijo que le llevaran una gavilla de varas. Cumplida la orden, les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente. 

- ¡Ahí tienen! les dijo el padre-. Si también ustedes, hijos míos, permanecen unidos, serán invencibles ante sus enemigos; pero estando divididos serán vencidos uno a uno con facilidad. 
Nunca olvides que en la unión se encuentra la fortaleza.

Por: Texenery.


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